Los intelectuales de todo el mundo están dando la señal de alarma sobre la inteligencia artificial. Hemos llegado al punto en que es inevitable: vamos a crear algo que pueda adelantarse a nuestras ideas y ser más astuto que nosotros, pronto.

Stephen Hawking cree que más que el albor de una era utópica en que los robots se ocupan de tareas menores mientras nosotros nos relajamos, vendrá la IA (inteligencia artificial) a darse cuenta de que la cosa está mejor sin nosotros y los robots se sublevarán, con consecuencias desastrosas. Como en la película Avengers: La Era de Ultrón, de Marvel, Hawking cree que cualquier I.A. que creemos comenzará a rediseñarse cada vez más rápido, a una velocidad que nos resultará imposible alcanzar.

¿Miseria y desolación de los intelectuales? ¿El contenido de la ciencia ficción? Si la ciencia ficción de hoy es la realidad de mañana, entonces estamos en serios problemas.

Durante décadas, la ciencia ficción ha explorado la idea de creaciones del hombre que se le vuelven en contra. Más allá de la intención, nunca parece salir muy bien.

Sin embargo, probablemente estemos demasiado lejos de los robots que eliminen la humanidad. No hay ninguna garantía de que alguna I.A. que creemos pueda desarrollar la autoconciencia necesaria para dar el salto y decir que los humanos deben desaparecer.

Se trata de lo mundano, como el empleo de los humanos; de eso nos tenemos que preocupar. Siempre hemos querido que los robots nos liberen del trajín. Pero también hemos temido que nos tornaran obsoletos, ya que esta fuerza de trabajo barata y con menos necesidades aparece como una verdadera posibilidad.

Y he aquí la cuestión más importante para la publicidad y el diseño. ¿Qué futuro tiene la publicidad en un mundo en que gran parte de la población está subempleada o sin trabajo?